Ante los megaproyectos, el mega-reproche: AMLO no cumple
Jorge Zapata García, nieto del general Emiliano Zapata y defensor de las tierras en Morelos; Clara Jusidman, con más de 30 años en la lucha de la sociedad civil; Pedro Maldonado, de la Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca; y Elsa Simón, de la organización Por la Superación de la Mujer en Tapachula, Chiapas, son algunos de los que externan su decepción y aseveran que las declaraciones de López Obrador contra las agrupaciones sociales y su decisión de realizar proyectos que afectan a comunidades indígenas y campesinas están generando decepción y rechazo social.
Este distanciamiento comenzó a manifestarse el pasado 14 de febrero, cuando López Obrador ordenó, a través de una circular enviado a todas las dependencias, no dar más recursos a las organizaciones de la sociedad civil, acusándolas de corrupción y opacidad, así como de ser intermediarias beneficiadas de los recursos públicos destinados a los sectores más necesitados.
Pablo Armando González Ulloa Aguirre, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM, rechaza esta afirmación y aclara que, de acuerdo al Informe Anual de las Acciones de Fomento y de los Apoyos y Estímulos otorgados por dependencias y entidades de la administración pública federal a favor de organizaciones de la sociedad civil correspondiente a 2017, los beneficiarios de estos recursos fueron los organismos cuasi gubernamentales o de autobeneficio.
Éstos, explica el académico, están integrados a dependencias como el Instituto Nacional para la Educación, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte y la Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) de la Secretaría de Economía, a las cuales se les otorgó más de 9 mil millones de pesos de 2013 a 2017.
Sin embargo, las afectadas por la cancelación de recursos son diversas agrupaciones civiles que apoyaron en su momento la candidatura de López Obrador, y ahora se muestran decepcionadas por el cambio de actitud del presidente.