El presidente anuncia un plan para endurecer la política de asilo, a cinco días de las elecciones, y advierte a los migrantes de que si lanzan piedras a sus soldados estos responderán con disparos

Donald Trump anunció este jueves que su Gobierno está ultimando un plan, que anunciará la semana que viene, para denegar el asilo a los migrantes que entren en Estados Unidos sin acceder por los puertos de entrada. Su intención, ha dicho, es hacerlo mediante orden ejecutiva. En la actualidad, cualquier inmigrante puede solicitar asilo, bien en los puestos fronterizos o dentro del país si ha cruzado ilegalmente.

El presidente anunció también su intención de poder retener a los inmigrantes hasta que los tribunales resuelvan su caso, para evitar que una vez liberados no se presenten ante las autoridades. Pero la medida sería difícilmente realizable, porque existen dos sentencias que limitan el tiempo de retención para familias (20 días) y también para individuos solos. La propia Ley de Inmigración y Nacionalidad establece que cualquiera que llegue a Estados Unidos puede solicitar asilo. Cualquier colisión con la ley, por orden ejecutiva, sería más que probablemente llevada ante los tribunales.

En un discurso de más de 40 minutos en la Casa Blanca, con toda la pompa presidencial y a cinco días de las elecciones, Trump ha demonizado la inmigración ilegal y, en particular, a los integrantes de la caravana de buscadores de asilo centroamericanos que atraviesan México, a los que ha tildado de “gente dura”. Recordando los choques que los migrantes tuvieron con las autoridades mexicanas en la frontera con Guatemala, advirtió de que si lanzan piedras contra los soldados estadounidenses desplegados en la frontera, estas serán consideradas ”armas de fuego”."Les he dicho (a los soldados) que la consideren (una piedra) como un rifle. Si ellos (los migrantes) lanzan piedras, como hicieron contra la policía y el Ejército mexicano, les digo, consideradlo como un fusil". “A esta caravana de solicitantes de asilo ilegítimos”, ha agregado, “no se le permitirá la entrada”.

El anuncio constituye el último movimiento del presidente para mantener el tema de la inmigración ilegal en lo más alto del debate de la campaña para las elecciones legislativas que se celebran el próximo martes. Los republicanos necesitan movilizar a las bases del partido para evitar que los demócratas, como pronostican los sondeos, les arrebaten el control de al menos una de las dos cámaras legislativas. Como quedó claro en las presidenciales de 2016, pocos temas movilizan tanto a las bases trumpistas como el de la inmigración. El presidente ha llegado a referirse a las del martes como “las elecciones de la caravana".

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