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Publicado por CONSENSO DELICIAS

Un estigma familiar, el gen del sicario

En México, el estigma de los hijos de sicarios los lleva a preguntarse si cargan con ellos ese gen violento, o si pudieran repetir los crímenes de sus padres. Sin apoyo de autoridades, miles son rechazados socialmente.

Ciudad Juárez, 13 de mayo (SinEmbargo).– Con escasos 13 años y recién otorgado el permiso para usar la Internet lo primero que hizo Leslie fue rastrear el nombre de su padre. Abrió una página de Google y escribió “Jesús Argüelles Palos”.

El primer resultado venía de una revista en El Paso, Texas, donde ella nació y creció: “La narcoguerra del 2008 no se olvida”, era el titular de una nota escrita en el portal Borderzine.com. Al abrirlo Leslie confirmó lo que nadie le había dicho abiertamente, su padre había sido asesinado en Ciudad Juárez, al otro lado de la frontera, un lugar oscuro y prohibido para ella.
Ciudad Juárez surgía en su cabeza siempre con esa escena de la película “El Rey León” donde Simba camina hacia el lugar que su padre le prohibió visitar, entre hienas malvadas y cadáveres de animales, casi tropezando con la muerte.
La niña apenas atinó a escribir: “my dad was jesus manuel arguelles palos el q asesinaro q se pudrane n las yamas del infierno los q lo isieron”. El comentario quedó registrado el 2 de junio de 2011, a seis años del asesinato de su padre.

 “CHUY EL DIABLO” Y EL ESTIGMA 
Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MXJesús Argüelles Palos era conocido como ‘Chuy el Diablo’ no por su condescendencia.
Se le había ligado a más de una decena de asesinatos contra narcomenudistas en Ciudad Juárez y era el máximo líder de la pandilla Los Aztecas, aliada del violento Cártel de Juárez.
Luego de pasar tres años en prisión, en febrero de 2005 fue absuelto por otro cargo de asesinato en contra de un distribuidor de droga y dejado en libertad.
A una semana del Día del Niño, Jesús Argüelles fue asesinado a tiros frente a su esposa mientras salía del restaurante Degá en el centro comercial Río Grande. La página de Facebook de Leslie delata su interior.
 De foto de portada está una leyenda que dice: “Ojalá te hagan lo mismo para que veas como duele”. Sólo una de sus fotografías es de ella, las demás son memes de “forever alone” o de dos dedos de una misma mano abrazándose entre ellos.
El estigma que carga Leslie es el mismo de millones de niños en México. Una voz incesante les pregunta si ellos mismos llevarán el gen de la violencia, si en algún momento serán capaces de cometer los crímenes de sus padres.
Encontrar cifras que apunten al número de sicarios operando en México es casi imposible; sin embargo una estimación reciente de las autoridades federales es de 500 mil miembros de los cárteles de la droga, muchos de ellos con hijos.
Por otro lado la Red por la Infancia de Ciudad Juárez, una ciudad que en 2010 fue tildada como la más violenta del mundo por registrar más de 3 mil 100 homicidios en 12 meses, ha estimado que existen entre 8 mil y 12 mil hijos de sicarios o narcotraficantes tan solo en aquella urbe.
Según explica la Doctora Helen Morrison, sicóloga forense, especialista en infancia y quien ha entrevistado a más de 135 asesinos seriales durante su carrera, es la sociedad la que implanta esa “mala semilla”.
 Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/13-05-2013/614252.

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