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Publicado por CONSENSO DELICIAS
La cara oscura del Nevado de Toluca
El reciente “plan de manejo” del Nevado de Toluca desató la
polémica. Se emitió en octubre y rápidamente se levantaron voces que
aseguran que abre la puerta a la tala indiscriminada. Pero el problema
no es el plan en sí. Los añejos problemas comunales de la región, la
corrupción galopante en el Estado de México, los intereses
privatizadores que motivan ese proyecto, la tala clandestina, la pobreza
y la impunidad son los protagonistas de la verdadera crisis que padecen
los habitantes de la zona alrededor del volcán.
AMANALCO, Edomex (Proceso).- Para calmar las protestas por la
supuesta aprobación para talar 17 mil hectáreas del Nevado de Toluca, el
titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat), Rafael Pacchiano, organizó un viaje para la prensa al ejido
El Capulín. Quiso mostrar las acciones que, asegura, ha emprendido para
proteger esa Área Natural Protegida (ANP).
La cita fue el 7 de noviembre a las 8 de la mañana. Y la visita fue
un montaje. Todo parecía planeado para la foto, en la que destacaban,
acicalados, Pacchiano y Alfredo del Mazo Meza –comisionado nacional de
ANP, hijo del exgobernador mexiquense Alfredo del Mazo y primo del
presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, la realidad es distinta y trasciende el presunto plan
para talar las faldas del volcán. Sin control, diariamente bajan
camiones de la montaña con árboles cortados de manera clandestina. Nadie
los detiene pese a que transitan a pleno día y exhiben permisos a todas
luces falsos:
De camino a Toluca, un camión repleto de troncos, con placas
776-ER-5, del Estado de México, circula sin problemas. En la parte
trasera se veía la siguiente “autorización”, escrita a mano: “Semarnat.
Trabajos de saneamiento en arbolado forestal afectado por incecto
descortesador autorizado con notificación DFMarnat. Santa María del
Monte. Municipio Zinacantepec (sic)”.
Y no es la única irregularidad en ese municipio. El alcalde de
Zinacantepec, Manuel Castrejón, se construyó una casa en esa zona
protegida cuando era diputado, de acuerdo con Arturo Chavarría,
presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas del Estado de México.
Hoy, la obra está clausurada, por la Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente (Profepa) y la Semarnat, según se lee en el oficio
PFPA/173/2C2750057-15-02.
Sin embargo, en los jardines de la residencia pastorean dos caballos, y a las afueras alguien sembró papas. No se ve descuidada.
Proceso hizo un recorrido por algunos de los 56 ejidos donde se ha
denunciado tala indiscriminada. En el ejido Contadores hay
reforestación, pero no está regulada ni ha sido efectiva: de los 700
árboles que se sembraron sólo sobreviven unos 60.
Otro problema es el robo de agua de los manantiales. Sin que los
comuneros sepan a dónde se dirigen, “aparecieron” alcantarillas para
encauzar el agua y anchas mangueras para robarse el líquido, afirman.
El volcán herido
“En Río Hondito todo está cercado. Cuando hay un incendio no se puede
entrar porque está alambrado”, indica Chavarría durante el recorrido.
Él va mostrando vestigios de aserraderos, los caminos que usan los
camiones, los tocones que dejan los árboles jóvenes. A lo lejos se
escucha el trabajo de, por lo menos, tres aserraderos clandestinos.
Algunos leñadores tumban un pino de unos 30 metros de altura.
Otro carro lleno de madera trae otro permiso clandestino. Una manta
de plástico dice: “Con el permiso permiten los ejidos (sic)”. En un
espacio de unos 2 mil 500 metros cuadrados –un cuarto de hectárea– hay
restos de unos 15 árboles talados “pese a que esta zona es un área de
protección forestal”, puntualiza Chavarría.
El temor por lo que ocurrirá con el bosque, los rumores y la falta de
información alcanzaron a los vendedores del Parque de Los Venados,
quienes afirman que ya existe un permiso para construir un Walmart, algo
de lo que no hay pruebas hasta el momento.
En otros ejidos, como Raíces, lamentan la falta de ayuda del gobierno
y denuncian que, por ello, ha habido muertes por hipotermia.
En toda la zona se percibe la pobreza y la incertidumbre.
No pasa nada
El 1 de octubre de 2013, Peña Nieto publicó un decreto que le quitó
la categoría de “reserva natural” al Nevado de Toluca. Así abrió la
puerta a la explotación comercial de la zona, algo no necesariamente
nocivo, según autoridades e incluso expertos conservacionistas: entre
otras cosas permite que los pobladores aprovechen legal y ordenadamente
sus recursos.
Para que ese decreto entrara en operación se requería un programa que
detallara las acciones concretas. Y ese proyecto acaba de ver la luz:
el Plan de Manejo del Área de Conservación de Flora y Fauna
del Nevado de Toluca (PNT) fue emitido el pasado 21 de octubre.
del Nevado de Toluca (PNT) fue emitido el pasado 21 de octubre.
Como sea, Chavarría cuenta que desde 2013 algunos de los comuneros se
inconformaron e interpusieron un amparo, pero no pasó nada. “Hay
taladores de los ejidos que están de acuerdo con la tala y actúan en
contubernio con las autoridades. Vamos, los denunciamos, toman fotos,
les presentan planos, pero no hacen nada. No hay nadie en la cárcel por
esto. Esta actitud provoca incendios”, añade.
Comenta que la extracción de la madera es muy rápida: un camión puede
ser llenado en sólo media hora. “Nosotros vemos a unos talamontes, y
cuando nos detectan ya nos están esperando con sus motosierras. Luego le
dices al gobierno esto y responde: ‘Bueno, ya ven que así hay grupos,
gente organizada’”.
En la pantomima de El Capulín, Alejandro del Mazo se refirió al
decreto que el presidente Lázaro Cárdenas publicó el 25 de enero de
1936, en el que declaró “parque nacional” el Nevado de Toluca.
Pero el priista jamás se refirió al de octubre de 2013, que le abrió
las puertas al llamado Grupo Atlacomulco para que pueda manejar las 53
mil hectáreas de la zona y realice finalmente inversiones que desde hace
años proyectó para ese bosque. (Proceso 1931)
Al hablar del PNT, Pacchiano afirmó que es un rumor que este plan
vaya a permitir la deforestación indiscriminada de 17 mil hectáreas,
como se ha difundido tras una nota de Animal Político y mediante una
petición en la plataforma change.org promovida por Maru Ayón.
El 23 de noviembre pasado, Ayón matizó en su cuenta de Facebook: “El
Plan de Manejo puede que sea una gran iniciativa para cuidar el Nevado
de Toluca, existen investigaciones que demuestran que la mejor manera de
conservar los ecosistemas forestales es apoyando a las comunidades para
su manejo y aprovechamiento cuidadoso.
“Pero para que el plan de manejo tenga éxito, tenemos que seguir
vigilantes y asegurarnos de que ese plan se instrumente de manera
cuidadosa y responsable, y de que a ningún político o empresario se le
ocurra imaginar la manera de torcer las cosas.”
De acuerdo con el primer plan de subzonificación de la Semarnat para
el Nevado de Toluca estará permitido realizar “actividades productivas
de bajo impacto ambiental”. La Subzona de Aprovechamiento Sustentable de
los Recursos Naturales comprende una superficie de 17 mil 785.5
hectáreas repartidas en 11 polígonos.
El gobierno federal aprobó un “manejo forestal sustentable” en esa
superficie. Es decir, que se permita la tala en 32.59% de la ANP,
siempre con permiso de la Semarnat.
En octubre de 2013, paralelamente, el gobierno federal anunció que
impulsaría la actividad turística “de bajo impacto” en el Nevado de
Toluca y que “no se permitirá en ningún caso la edificación o
construcción de fraccionamientos, casas campestres, cabañas o búngalos
residenciales, ni la edificación o construcción de hoteles, posadas o
fincas de descanso, ni campos de golf”.
Esa restricción quedó estipulada en el “Borrador del Programa de
Manejo” del Nevado de Toluca que hizo público la Comisión Nacional de
Áreas Naturales Protegidas en ese momento.
Pero el pasado 21 de octubre de 2016 fue eliminada dicha restricción.
En la versión final del PNT –publicada en el Diario Oficial de la
Federación– ya no se hace referencia a la restricción de campos de golf,
fraccionamientos o búngalos.
“El Programa de Manejo sí comprende el aprovechamiento forestal
sustentable en la superficie señalada, pero con restricciones claramente
establecidas por la legislación ambiental”, según documentos de la
Semarnat. La dependencia ha reconocido presiones para cambiar el uso de
suelo, pero asentó que no cederá ante ellas.
Chavarría difiere: “Aunque la gente ha protestado, las denuncias no
prosperan, y para calmar a la gente agarran a dos o tres jovencitos, los
exhiben y ya, nadie sabe qué hacen con la madera”.
Son los mismos
Este nuevo intento privatizador fue encargado a Ignacio Pichardo
Pagaza, exgobernador mexiquense y actual encargado de una supuesta
organización con tintes ecologistas (Proceso 1931). Él reapareció en el
montaje de El Colorín, el 7 de noviembre pasado.
Cuando él y el resto de funcionarios llegaron, ya estaba montado un
templete “ecológico”, adornado con arbolitos “para la reforestación”.
Luego organizaron una pequeña caminata en la que Lucía Madrid,
presidenta del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible
(CCMSS), defendió el proyecto de manejo forestal comunitario apoyado por
la dependencia. Pero Pacchiano reconoció que sólo dos de los 54 ejidos
del Nevado de Toluca están dentro de este proyecto.
Durante el paseo por El Capulín, en la ladera norte del volcán, se
mostró cómo desde el año pasado los dueños de las tierras podaron y
reforestaron los árboles, pues pretenden regenerar las zonas dañadas.
El año pasado se extrajeron mil 700 metros cúbicos de madera en El
Capulín. Cada metro se vende en mil pesos. Una cuarta parte de los
ingresos se destina al pago de impuestos y el resto de los recursos se
invierte en obras comunitarias para el manejo del bosque y compra de
equipo, dijeron los ejidatarios.
Al final del recorrido y de una conferencia de prensa, los campesinos
invitaron carnitas a funcionarios, periodistas e invitados. Y ahí, uno
de los habitantes de la zona, don Severino, dijo: “Nosotros hacemos todo
el trabajo de conservación. Hay manantiales, pendientes, vegetación.
Pueden sacarse hasta mil 8oo metros de madera, a mil pesos el metro
cúbico”.
En total, calculó, la ganancia neta que puede quedarle a la comunidad por cada mil metros cúbicos es de 75 mil pesos.
Nadie habló de los costos.