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Publicado por CONSENSO DELICIAS
Un día de pesadilla para la seguridad del Papa
La Guardia Suiza ha tenido dos días particularmente complicados en su agenda durante la visita del papa Francisco a Brasil, con problemas de tránsito, una amenaza de bomba y enfrentamientos de manifestantes con policías.
Cuando el pontífice llegó este lunes a Río de Janeiro para presidir la Jornada Mundial de la Juventud,
su caravana halló como primer reto un embotellamiento vehicular. Sin
embargo, el Papa aprovechó la parada involuntaria para saludar a sus
fieles en las calles.
Un vocero del Vaticano aseguró que Francisco no tuvo miedo durante el incidente, pero su secretario sí lo tuvo.
“El secretario del Papa me dijo que tuvo miedo cuando el coche frenó,
pero que el Papa estaba muy feliz saludando a la gente”, indicó el
padre Federico Lombardi.
Los funcionarios brasileños atribuyeron el descontrol de la
muchedumbre a un problema de comunicación entre la ciudad de Río de
Janeiro y la policía federal. Para Lombardi, la caravana tomó un camino
equivocado.
Aun así, el equipo de seguridad del Papa estuvo lo suficientemente
confiado como para abrir la puerta del Fiat gris y entregarle un niño
para que lo bendijera.
Una vez que Francisco pasó al papamóvil descapotable, se movió con
facilidad entre las decenas de miles de personas que inundaron las
calles de Río para alcanzar a ver al primer papa latinoamericano.
El contingente de seguridad del Pontífice, que incluye a la policía
del Vaticano y la Guardia Suiza, acompañó al Papa desde la calle,
acercándole algunos niños que deseaban conocerlo.
Choques con manifestantes
La escena fue diferente después del encuentro que Francisco mantuvo
con la presidenta Dilma Rousseff en el Palacio Guanabara. Manifestantes
que habían prometido no protestar durante la visita papal chocaron
contra la policía, que los acusó de arrojar piedras contra ellos. Seis
personas fueron arrestadas y dos fotógrafos resultaron heridos.
La policía brasileña también informó en un comunicado que el domingo se encontró un pequeño artefacto explosivo en el santuario de Nuestra Señora de Aparecida, que el Papa visitará esta semana. La bomba de fabricación casera fue destruida.
Funcionarios de seguridad del estado de Río de Janeiro se reunieron el martes para investigar lo ocurrido.
El Ministerio de Defensa brasileño, en tanto, indicó que más de
20.000 militares y policías han sido desplegados para las tareas de
seguridad durante la Jornada Mundial de la Juventud.
Para la misa final, en un campo al oeste de Río, el organismo precisó
que 400 soldados estarán posicionados en el altar y 94 torres de
seguridad entre la multitud, que se estima llegará al millón de
personas.
“En materia logística, se trata del evento más complejo que la ciudad
ha enfrentado”, dijo el alcalde Eduardo Paes. “Sabemos que al Papa le
gusta romper el protocolo”, agregó.
El martes, la policía utilizó perros para rastrear el escenario
principal de Copacabana, donde revisó el altar y el sector VIP.
Paralelamente, tres pequeños buques de la armada brasileña recorrían la
costa para verificar que no hubiera nada sospechoso.
Según la agenda del Vaticano, el Papa descansará durante el martes.
El programa oficial de la Jornada Mundial de la Juventud comenzará en la
tarde-noche de este martes.