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Publicado por CONSENSO DELICIAS
Google, Facebook, Twitter y 100 más contra Trump
El verdadero adversario para la agenda de Donald Trump está
en casa. La prisa del presidente estadunidense por imponer su agenda
supremacista bajo el lema American First ya le generó
un problema mayúsculo no sólo con las organizaciones de derechos
humanos, con los grandes medios informativos, con los científicos y con
la intelectualidad de Estados Unidos, también con el sector más
importante de la economía del poscapitalismo: más de 120 empresas
tecnológicas que mueven el mundo de las redes sociales, la tecnología de
la información y la comunicación y la bolsa de valores de Wall Street
presentaron un alegato contra el veto migratorio de Trump.
Compañías como Apple, Google, Facebook, Twitter, Netflix,
Square, Salesforce, Snap, Airbnb, Uber, Pinterest, App Nexus, Reddit,
Glassdor, Box, Medium, Dropbox, Kraft y AT&T unieron su
impresionante fuerza de mercado para impugnar, ante la Corte de
Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos, con asiento en San
Francisco, el decreto de Donald Trump que vetó la entrada a ciudadanos
musulmanes provenientes de siete países árabes el pasado 27 de enero.
Este martes 7 se sumaron otras 30 empresas, entre ellas
Tesla, Adobe, HP y Evernote. En conjunto, estas firmas generan ingresos
anuales por más de 4.2 billones de dólares estadunidenses, emplean a
millones de norteamericanos y representan la hegemonía de Estados Unidos
en la era digital que puede perderse ante las ideas medievales del
magnate de los reality show.
La impugnación de estas compañías que surgieron en Silicon Valley, la Disneylandia de la Nueva Era Digital, tiene varios alegatos fundamentales que van contra el corazón de la ideología y el programa político de Trump:
1. En primer lugar, el veto de Trump viola las leyes de
inmigración y la Constitución norteamericana. En 1965, el Congreso de
Estados Unidos prohibió la discriminación con base en la nacionalidad de
origen, “precisamente para que la nación no cerrara sus puertas a los
inmigrantes”.
2. El veto migratorio interrumpe operaciones comerciales en
curso y amenaza la capacidad de las empresas para atraer talento,
negocios e inversiones a Estados Unidos. En contra de lo que Trump
pretende hacer creer, elAmerican Firstque excluye a los
ciudadanos de otras partes del mundo afecta la misma esencia de estas
compañías dedicadas a reclutar talento por todo el mundo.
3. La orden ejecutiva de Trump “implica un cambio repentino
en las reglas que rigen la entrada en Estados Unidos y causa daños a las
compañías estadunidenses”. En otras palabras, Trump no las consultó, se
impuso y está generando una reacción de enojo y molestia frente a esta
ola de xenofobia.
4. La orden de Trump incentivará que la inmigración y las
inversiones se vayan a otros países que no son Estados Unidos, ya que
“los inmigrantes altamente calificados estarán más interesados en
trabajar en el extranjero, en lugares donde ellos y sus colegas pueden
viajar libremente y con la seguridad de que su estatus migratorio no
será repentinamente revocado”.
Por si fuera poco, buena parte de estas empresas fueron
fundadas por inmigrantes o por sus hijos. La innovación y el crecimiento
económico “están íntimamente ligados a la inmigración”, advirtieron en
su alegato histórico.
5. El veto a siete países árabes (Siria, Libia, Yemen,
Sudán, Irán, Irak y Somalia) rompe con toda lógica. Ninguno de los
presuntos terroristas que han atacado a Estados Unidos proviene de estos
países, y en Siria y Libia no se ha registrado ninguna acción en contra
de la potencia americana. Peor aún, pronostica una oleada de reacciones
similares en el mundo árabe y musulmán que amenaza los intereses y la
expansión de estos gigantes de las tecnologías de la información y la
comunicación.
6. El veto de Trump impedirá que las compañías extranjeras
tengan un incentivo menor para operar en Estados Unidos y contratar a
los propios estadunidenses, ya que “la orden impedirá que las compañías
empleen su talento de clase mundial en sus subsidiarias en EU”.
En otras palabras, no es Estados Unidos el que vetará a
ciudadanos de otras partes del mundo sino serán los estadunidenses los
que queden excluidos del desarrollo en esta industria que reclama de
talentos globales para enfrentar el vértigo de este desarrollo.
Frente a esta situación Trump ha respondido con el único
recurso que conoce: tuitear. Defendió sus vetos migratorios asegurando
que la seguridad nacional está en riesgo y se enfureció contra el juez
federal James Robart, del estado de Washington, que suspendió
temporalmente su orden ejecutiva.
“No puedo creer que un juez ponga a nuestro país en tal
peligro. Si sucede algo, cúlpenlo a él y a la Corte”, redactó Trump en
su cuenta de Twitter.
Lo paradójico de esta historia es que la compañía Twitter
cancele la cuenta del primer mandatario en señal de protesta, que
Facebook deje de difundir sus discursos o que Google decrete el “derecho
al silencio” frente a los mensajes de odio del magnate.
¿Qué haría Trump sin estas plataformas digitales, creadas y desarrolladas por migrantes?